"EL S-400 no es un sistema de ataque, sino defensivo. Se lo podemos vender a los estadounidenses si quieren, por lo que [para Rusia] no se trata de un problema desde el punto de vista estratégico. Y tampoco veo ningún problema para Rusia desde el punto de vista de su seguridad. Todo lo contrario: si un país es capaz de garantizar la seguridad de su espacio aéreo, este se sentirá más seguro y aquellos que puedan albergar intenciones de atacarlo se lo pensarán dos veces", ha explicado Chemezov al Washington Post.
Chemezov justifica así que Rusia haya vendido a Turquía, país de la OTAN, los novedosos sistemas S-400.
Chemezov añadió que espera que las buenas relaciones entre Rusia y Estados Unidos se restablezcan "cuanto antes", y se mostró partidario de renovar el acuerdo START, por el que ambos países se comprometieron, en 2010, a reducir su arsenal atómico y nuclear.