"El Ejército turco y su 'carne de cañón', representada por las unidades sirias proturcas, avanzan con éxito en la región desde varios frentes simultáneamente, ya que este territorio sirio está 'rodeado' por áreas controladas por Turquía", destaca el experto.
El experto pone de relieve que los kurdos de otros territorios de Siria e Irak "'se apuran' a ayudar a sus hermanos de Afrín delante de las cámaras", pero en realidad tendrían que cruzar territorios controlados por las tropas leales a Asad para hacerlo, enfatiza.
Desde el punto de vista de la política interior, Erdogan no tiene ningún problema, ya que la sociedad turca en general apoya la Operación Rama de Olivo. Según Mirzayán, incluso varios oponentes importantes del mandatario otomano consideran que la cuestión kurda es tan peligrosa que apoyan la intervención militar en el país vecino.
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De todos modos, también hay formaciones turcas que se han opuesto a esta decisión. Concretamente, el Partido Democrático de los Pueblos —grupo parlamentario prokurdo—, que calificó la acción de las tropas otomanas como una "invasión". Erdogan, a su vez, no tardó en responder que no permitiría que dicha "quinta columna aseste un golpe desde dentro".
"Asimismo, Erdogan también tiene las manos libres en cuanto a la solución diplomática. Los kurdos protestan en todas las instancias de la Unión Europea, mientras que el resto del mundo no parece contrarrestar la Operación Rama de Olivo. Como resultado, Estados Unidos ha perdido en todos los flancos", indica.
"En un primer momento, Washington lanzó un desafío contra los turcos. En particular, en Turquía nadie oculta que una de las razones que provocó el inicio de la ofensiva fue el deseo de Estados Unidos de armar a los kurdos y convertirlos en una plataforma estadounidense en la región que tendría como objetivo desestabilizar a los territorios vecinos", añade Mirzayán en su nota.
Cuando los kurdos acordaron con Washington la creación de sus llamadas 'fuerzas de seguridad' violaron el principio de integridad territorial. Quedó claro que la plataforma que se estaba creando en su territorio sería independiente de Damasco y no se reintegraría a una nueva Siria unida después de la guerra, explica el analista.
Luego, se dio a conocer que Ankara tenía planes para solucionar el problema kurdo a través de una operación militar. En aquella ocasión Moscú propuso a los kurdos entregar los territorios que controlaban a Damasco, lo que habría sido beneficioso para Turquía y habría garantizado la seguridad de los kurdos, agrega.
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No obstante, se negaron a ello, probablemente al sobreestimar el posible apoyo de Estados Unidos, opina el columnista. Como resultado, "Moscú 'se lavó las manos' y de hecho permitió a Ankara solucionar la cuestión kurda por su cuenta y de acuerdo con Damasco", afirma Mirzayán.
En la actualidad, los estadounidenses tratan de negociar con Erdogan e intentan convencerle de que limite la ofensiva turca en el Kurdistán sirio a la zona de Afrín, sin avanzar hacia Manbij.
Al mismo tiempo, Washington no está listo para desarmar a los kurdos y de ahí que no quede mucho margen para las negociaciones entre Ankara y Washington, considera el experto.
"Mientras Ankara tenga posibilidades de solucionar la cuestión kurda en todo el territorio de Siria y esté segura de que Washington no tomará ninguna represalia seria contra ella, las negociaciones tendrán pocas posibilidades de llegar a buen término", concluye el columnista.