Los sondeos les otorgan entre un 25% y un 30%, por delante del Partido Democrático, la principal fuerza de centroizquierda actualmente dirigiendo el Gobierno de Roma.
Lea también: Italia, un peligro mayor que el Brexit para la UE
Es verdad que todavía falta más de un mes para los comicios y que en ese tiempo las cosas pueden cambiar por completo, pero los datos de los institutos demoscópicos más acreditados son elocuentes. Así, el Movimiento 5 Estrellas se situaría ya entre el 34 y el 36% en Cerdeña, entre el 33 y el 35% en Sicilia, entre el 30 y el 32% en Puglia y entre el 29 y el 31% en la Campania. Siendo aún prematuro traducir estos porcentajes a escaños, sea por circunscripciones uninominales o por reparto proporcional, lo que resulta ya evidente es que ese grupo político es el primero en las grandes áreas metropolitanas del sur, o sea, Nápoles, Bari, Palermo y Reggio Calabria, además de las principales regiones.
La cuestión de fondo radica en que Di Maio no superará el punto de referencia del 40% de los votos, lo que le evitaría tener que negociar para formar una coalición. Aunque ya no pide un referéndum para seguir en la zona euro, continúa siendo bastante euroescéptico. El Movimiento, que más que un partido es hoy un estado de ánimo, ha suavizado un ápice su relato antieuropeo.
Analista italiano: no existe ningún riesgo de "propaganda rusa" https://t.co/tE8Js0NbOm
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 13 декабря 2017 г.
Di Maio declaró hace pocos días que "ahora no es el momento de salir" de la moneda única, "porque el eje franco-alemán no es tan fuerte". Ahora asegura que la consulta popular "sería un último recurso". Pero eso no significa que a largo plazo no vaya a reconsiderar esa idea. Ha cambiado de táctica pero no de estrategia.
Para conseguir mejores resultados, Di Maio ha abierto el Movimiento, hasta ahora blindado sólo a los inscritos de largo recorrido, a personalidades externas que "quieran cambiar el país". Eso no ha sentado bien a todos sus compañeros de viaje.
Le puede interesar: En temas de Defensa, "Italia gasta mucho y gasta mal"
Su programa electoral incluye grandes inversiones públicas y un subsidio ciudadano para que "nadie esté nunca más por debajo del umbral de la pobreza". Todas estas medidas implicarían un importante incremento del gasto del Estado, una idea que preocupa y mucho a la Comisión Europea, defensora a ultranza de la austeridad presupuestaria. De hecho, la propuesta de Di Maio de romper el techo del 3% en la relación déficit-PIB ya ha sido calificada en Bruselas como "un absoluto contrasentido". Italia es el país de la eurozona que más deuda pública soporta: el 130% del PIB, sólo superada por Grecia.
Como subraya Bellasio en un artículo de opinión publicado en el diario español El País "las divisiones y las debilidades de los partidos "más europeos" no permiten descartar una reafirmación de las fuerzas antisistema y antieuro, que podrían encontrar formas de entenderse después de los comicios". En otras palabras, la amenaza a Bruselas subsiste.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK