Es lo que trata de responder el informe de Chatam House, el Instituto Real de Relaciones Internacionales de Londres.
Firmado por los investigadores Beyza Unal y Patricia Lewis, el documento parte de la reflexión de que los sistemas de armas nucleares se desarrollaron por primera vez en un momento en que las capacidades de las computadoras estaban en su infancia y se prestó poca atención a posibles vulnerabilidades cibernéticas maliciosas.
Los autores aseguran que hay una serie de vulnerabilidades y vías a través de las cuales un actor malintencionado puede infiltrarse en un sistema de armas nucleares sin que se sepa. Los errores humanos, las fallas del sistema, las vulnerabilidades de diseño y las susceptibilidades dentro de la cadena de suministro representan también problemas comunes de seguridad en los sistemas de armas nucleares.
Los métodos de ataque cibernético como la manipulación de datos, la interferencia digital y la suplantación cibernética podrían poner en peligro la integridad de la comunicación, lo que generaría una mayor incertidumbre en la toma de decisiones.
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Durante el tiempo de paz, las actividades cibernéticas ofensivas crearían un dilema para un estado ya que podría no saber si sus sistemas han sido objeto de un ataque cibernético. Esto desconocido podría tener implicaciones para la toma de decisiones militares, en particular para las decisiones que afectan las políticas de disuasión de armas nucleares.
El informe ofrece también posibles medidas de resiliencia cibernética, que incluyen adoptar un enfoque holístico para crear sistemas confiables basados en evaluaciones de riesgos rigurosas. Estos deben incorporar un análisis de una combinación de amenazas, vulnerabilidades y consecuencias.
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Los autores consideran que es responsabilidad de los estados poseedores de armas nucleares incorporar medidas de reducción del riesgo cibernético en los sistemas de comando, control y comunicación nucleares. Pero, más allá de este análisis, no hay dudas de que la única manera de evitar un ciberataque de consecuencias desastrosas, sería el control y, eventualmente, la desaparición de los arsenales nucleares.