Según el medio, en 2008 se inició la campaña Proyecto Cassandra luego de que fuesen recabadas pruebas de que el movimiento Hizbolá se dedica al tráfico de drogas y armas, blanqueo de dinero y otras acciones ilegales que reportaban a la organización alrededor de 1.000 millones de dólares anuales.
Además, los investigadores descubrieron el esquema de blanqueo de capitales: el movimiento adquiría autos de uso en EEUU y los suministraba a África.
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Teherán y el Grupo 5+1 (China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia más Alemania) lograron un acuerdo en julio de 2015 conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), que establece limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar a cambio del levantamiento de sanciones internacionales.