"Extensas entrevistas revelaron que más de 6.700 personas rohinyás fueron asesinadas durante la violencia generalizada en Myanmar. Este horrible número incluye al menos 730 niños menores de 5 años", dice la ONG en su página de Facebook.
Siete de cada diez asesinatos, según MSF, fueron por disparos. La organización también denuncia los casos de "familias quemadas hasta la muerte en sus hogares".
"Estas personas no pueden ser obligadas a regresar a Myanmar antes de que su seguridad esté garantizada", subraya MSF.
Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin, al norte de Birmania) a finales del siglo XIX y a principios del XX, durante la época colonial cuando los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental a un territorio con escasa mano de obra agrícola.
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Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.
A finales de noviembre pasado, Bangladés y Birmania firmaron el Acuerdo sobre el Retorno de Personas Desplazadas desde el estado de Rakáin, sin establecer una fecha fija para iniciar el proceso de repatriación.