"La recuperación de la paz y la estabilidad, un acceso humanitario seguro, así como la eliminación de las causas fundamentales del desplazamiento son las condiciones preliminares importantes para que el regreso se ajuste a los estándares internacionales", declaró en una rueda de prensa.
Además afirmó que el retorno de los refugiados rohinyás a Birmania no debe transcurrir de manera precipitada.
"Es crucial que los retornos no sean apresurados o prematuros", dijo en una rueda de prensa en Ginebra.
Según el documento, a Birmania podrán regresar solo los refugiados que abandonaron el país después del 25 de agosto del año en curso o el 9 de octubre de 2016 cuando en el estado birmano de Rakáin se produjo otra escalada de la violencia.
Además, los refugiados deben ser residentes de Birmania y regresar al país por deseo propio.
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El estado de Rakáin es actualmente el epicentro de la crisis humanitaria de los rohinyás musulmanes, una minoría a la que el Estado birmano considera apátrida.
En respuesta el Ejército de Birmania inició una operación militar, que los defensores de derechos humanos califican de genocidio.
En su informe del 30 de noviembre, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estimó en 837.000 el número de refugiados rohinyás en el distrito bangladesí de Cox's Bazar, incluyendo unos 624.000 que escaparon de Birmania desde el 25 de agosto.
El número de refugiados que llegaron a Bangladés desde el pasado 25 de agosto se situó en 646.000, según el informe de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) del 7 de diciembre.