"Todo indica que Rusia consiguió lo que quería en Siria, un puerto en la costa donde además podrá reparar barcos, lo que le da una notable importancia estratégica. Es posible decir que Siria acabó convirtiéndose en territorio ruso", dijo a Sputnik el teniente coronel de la reserva Mordechai Kedar, analista del centro Begin-Sadat de la Universidad ortodoxa Bar-Ilan.
Kedar opina que "Rusia también tiene interés en el gas que hay en la costa Mediterránea de Siria, yacimientos que son semejantes a los que se han encontrado frente a la costa israelí".
"Por otra parte, creo que Putin ha viajado a Siria para dar las 'gracias' a los soldados rusos ahora que probablemente la guerra está terminando", continúa Kedar.
El analista israelí concluye al considerar que Siria "continuará estando bajo el Gobierno de Bashar al Asad que con el paso del tiempo consolidará su poder, aunque haya en el país iraníes y milicianos de Hizbolá".