Recientemente, el diario ruso Izvestia informó de que, en caso de ser necesario, este buque civil podría convertirse en un navío de guerra.
Wenlong considera que a Rusia no le costará mucho trabajo instalar en el rompehielos distintos radares y misiles debido al diseño de la nave.
"El rompehielos podrá convertirse en una especie de portaviones —desde el punto de vista del cumplimiento de sus tareas militares— en caso de que los constructores rusos instalen a bordo misiles de crucero, antitanque y antiaéreos".
El experto opina que tras realizar esta modificación, Rusia podría "contener la expansión de EEUU y la OTAN en el Ártico y obstaculizaría sus acciones en esta zona del mundo".
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Según Wenlong, hoy en día Rusia puede consolidar su presencia militar en el polo norte mediante dos métodos. El primero implica la creación de bases y el despliegue de armas y equipos militares en el Ártico, y el segundo método implicaría la militarización de sus buques civiles, es decir, su transformación en naves militares.
Rusia planea instalar en el Lider sistemas antibuque, misiles de largo alcance, piezas de artillería y compartimentos especiales para equipos de radio y elementos submarinos.
"EEUU y otros Estados, tras tropezar con Rusia, descubrirán pronto que las plataformas de lanzamiento de misiles instaladas no solo en tierra sino también en el mar podrán ser utilizadas para atacar".
Según datos de la Armada rusa, el rompehielos Lider fue diseñado de acuerdo con los estándares de construcción de buques civiles, mientras que el acoplamiento de un sistema de combate es por ahora solo una opción.
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"Actualmente una confrontación cara a cara con EEUU sería una misión imposible para Rusia. No obstante, si los buques civiles rusos fueran armados, la Armada rusa podría mantener su potencial marítimo-militar a un nivel bastante alto. En caso de que la amenaza de ataques desde el mar se incremente en el futuro, llegará el momento en el que Rusia ejecute esta integración civil-militar", concluyó.
El rompehielos atómico Lider del proyecto 10510 entrará en servicio en 2018. El nuevo buque será capaz de romper una capa de hielo de entre 4,5 y 5 metros de espesor y de trabajar en condiciones de extrema complejidad. Su longitud superará los 200 metros y su anchura los 50.