"Se planea dejar allí dos de nuestras bases militares y, al mismo tiempo, el Centro para la Reconciliación. Pase lo que pase, se supone que estos tres equipamientos se quedan en el territorio de Siria", dijo Shvytkin.
Agregó que la cooperación entre Rusia y Siria, incluso en el campo militar y social, se prolongará después de la salida de las tropas rusas del país árabe y añadió que Moscú no excluye que se produzcan "incursiones de varios grupos escindidos" de los terroristas de Daesh una vez alcanzada la paz.
A finales de noviembre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, constató durante una reunión con su homólogo sirio, Bashar Asad, que la operación militar en Siria se acerca a su fin.
Infografía: Los resultados de la operación de Rusia en Siria
De acuerdo con el primer vicepresidente del Comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación de Rusia, Frants Klintsévich, las declaraciones de Putin indican que la operación militar concluirá antes de finales de año. "Pero es todavía prematuro hablar de la retirada de las Fuerzas Armadas de Rusia. Es necesario consolidar el éxito y desminar el país", añadió.
A día de hoy, Moscú tiene en el país árabe dos grandes instalaciones militares: la base aérea de Hmeymim y la base naval militar de Tartus en las costas del mar Mediterráneo, la única que tiene el país en el extranjero.