La instalación del sistema antimisiles terrestre en Rumanía y Polonia no prevendría el ataque de respuesta en caso de una agresión contra Rusia, aseguró Solomónov, responsable de la creación de los sistemas Topol-M y Yars, en un comentario para Rossiyskaya Gazeta.
En los años ochenta EEUU desplegó en Europa las modificaciones antimisiles del famoso sistema Patriot, y los constructores soviéticos deliberadamente buscaron un diseño que superara sus capacidades.
El resultado de su labor, el misil de mediano alcance RS-10 Pioner, nunca se enfrentó con los Patriot en su versión 'antimisiles', pero sí que existe una comparación relevante.
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Durante la primera Guerra del Golfo de 1990-1991, el Ejército iraquí empleó activamente los misiles balísticos soviéticos R-17, conocidos como Scud, diseñados en los años sesenta contra las fuerzas invasoras.
Si bien los obsoletos Scud resultaron un blanco difícil para los Patriot, no cabe duda de que los más modernos RS-10 los hubieran penetrado con garantías, sostiene Solomónov.
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Sin embargo, para Solomónov es evidente que nadie quiere desatar una guerra de devastación mutua, así que las disputas acerca del sistema antimisiles europeo tienen el carácter político, y no militar, concluyó.
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