No obstante, varios factores se convirtieron en motivo del fracaso de este plan.
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Así, la Alianza Atlántica lleva años expandiendo su sistema antimisiles sin la participación de Moscú, dando la impresión de que el sistema en realidad está dirigido contra Rusia.
"Sin embargo, hay diferencias sustanciales de opinión dentro de la propia OTAN: en primer lugar, si el escudo antimisiles está bien justificado y, en segundo lugar, cómo se debe tratar a Rusia en esta cuestión", según Wipperfurth.
Alemania, junto con Francia y otros países de ideas afines, buscan reanudar el diálogo OTAN-Rusia e incluso han logrado ciertos resultados positivos en este ámbito. Pero el tema del sistema de defensa antimisiles no había sido levantado.
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De acuerdo con la investigación de SWP, la creación de un escudo de defensa antimisiles "no ofrece ninguna ganancia de seguridad" a los países europeos que son miembros de la OTAN.
"Si la OTAN quiere seguir manteniendo la defensa antimisiles territorial, el proyecto de la cooperación con Rusia no debe ser rechazado", cita Wipperfurth a SWP.
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De esta manera, solo en el caso de que Moscú esté convencido de que el sistema antimisiles de la Alianza no representa ningún peligro para Rusia, este será capaz de garantizar más seguridad para toda la región, continúa el estudio.
"Con este fin, el Consejo OTAN-Rusia, suspendido por la Alianza en 2014, tendría que reanudarse. Asimismo, el Gobierno Federal de Alemania debería activamente promover el hecho de que el sistema antimisiles europeo no se dirija contra Rusia", concluye el autor.