La Secretaría de Marina se comprometió a "emplear herramientas tecnológicas con que cuenta para fortalecer la seguridad en la exploración y extracción de hidrocarburos y optimizar los recursos económicos y humanos", dice el convenio.
En ese territorio, más de 100.000 kilómetros cuadrados corresponden a unas 460 asignaciones de exploración y explotación de combustibles fósiles y 27.000 kilómetros cuadrados a 50 contratos derivados de las primeras dos rondas de licitaciones de yacimientos celebradas desde 2015.
Las tecnologías con que cuenta la Marina ayudarán a mejorar las actividades de monitoreo, seguimiento y validación de actividades petroleras, dice el documento.
Las acciones conjuntas utilizarán "herramientas tecnológicas, lo que permitirá a la CNH llevar a cabo el monitoreo de las actividades petroleras".
Le puede interesar: Autorizan primera exploración petrolera bajo capa de sal en aguas marítimas en México
Además trabajarán en conjunto para detectar "actividades petroleras no autorizadas".
El anuncio fue hecho mientras oficialistas y opositores están enfrascados en un debate sobre un proyecto de ley para legalizar el despliegue militar en zonas afectadas por elevados índices de inseguridad y de violencia del crimen organizado.
Tecnología de punta
El convenio fue firmado por el titular de la Marina, almirante Francisco Soberón, y el comisionado presidente de la CNH, Juan Carlos Zepeda, para poner en vigor los mecanismos de coordinación, colaboración e intercambio de información entre ambas instituciones.
La capacidad técnica y militar de la Armada "será fundamental para supervisar en sitio las asignaciones y contratos de exploración y extracción de hidrocarburos", dijo Zepeda en la firma del convenio.
Una de las preocupaciones de los inversionistas es la seguridad en los campos de hidrocarburos, que fueron abiertos a la inversión extranjera y privada tras la reforma del sector energético.
Las inversiones petroleras en aguas someras y profundas del Golfo de México y campos terrestres firmadas desde 2015 a la fecha alcanzarían más de 60.000 millones de dólares en una década según datos de la Secretaría de Energía.