Se trata de una copia original en griego —la lengua en que se escribió el Nuevo Testamento— que estuvo durante décadas escondida entre los archivos de la Universidad de Oxford y de la que se creía que solo existían traducciones.
En él se describen las enseñanzas de Jesús para Santiago —a quien se refiere como su 'hermano'— acerca del reino celestial y eventos futuros, incluyendo la muerte del propio Santiago.
"El texto complementa el relato bíblico de la vida y ministerio de Jesús al permitirnos acceder a las conversaciones que supuestamente mantuvieron Jesús y Santiago. Estas enseñanzas secretas permitieron a Santiago ser un buen maestro tras la muerte de Jesús", explica Geoffrey Smith, profesor asociado de Estudios Religiosos de la Universidad de Texas en un comunicado.
En una carta del año 367 d.C., el obispo defendía los 27 libros del Nuevo Testamento escribiendo que "nadie puede añadirles nada, y nada les será quitado".
"Decir que estábamos emocionados cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos encontrado es quedarse corto", asegura Smith. "Nunca sospechamos que los fragmentos griegos del Primer Apocalipsis de Santiago podrían haber sobrevivido hasta nuestros días. Pero ahí estaban, ante nosotros".
La caligrafía del manuscrito es especialmente pulcra y las palabras están separadas por sílabas, por lo que los investigadores sospechan que el escriba lo redactó para utilizarlo como material didáctico con el que enseñar a sus discípulos a leer y a escribir.
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"Es muy raro encontrarse con estas divisiones en manuscritos antiguos, pero aparecen con frecuencia en aquellos utilizados para enseñar", aclara Brent Landau, profesor del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Texas.