Peter Marcek, un diputado independiente que apoyó esta iniciativa, explica su posición a Sputnik.
Marcek menciona que entre los aspectos silenciados por los medios eslovacos está el hecho de que este país mantiene un conflicto territorial no resuelto sobre la región conocida como Transcarpacia. Este territorio pasó a manos de Checoslovaquia —país que integraba a Chequia y Eslovaquia— tras el colapso del Imperio austrohúngaro, pero en 1944, inmediatamente después del movimiento de la línea del frente, decidió unirse a la Unión Soviética.
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De acuerdo con Marcek, pasa lo mismo con Crimea, ya que mucho antes del referéndum de 2014, en 1992, el Parlamento de Crimea aprobó el 'acta de la independencia estatal de la República de Crimea', pero en aquel momento dio marcha atrás por la fuerte presión de Kiev y tras ser reconocida con la ampliación de su autonomía.
"Se me ha ocurrido que este es el momento más adecuado para tratar de presentar una iniciativa para reconocer a Crimea como parte de Rusia. Es hora de averiguar las verdaderas posiciones de los partidos políticos eslovacos", destaca.
Lo peor, según él, es que la mayoría de la población se informa a través de medios proeuropeos oficiales, que a menudo se inclinan por la propaganda antirrusa y la desinformación.
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"Ha llegado el momento de hablar de manera abierta y objetiva, más allá de la propaganda prooccidental, de Crimea y de nuestra posición hacia la Federación de Rusia", concluye.