Opiáceos en EEUU: adicción mortal que hunde su economía
Así, este flagelo —que tiene como protagonista al consumo de opiáceos, principalmente heroína, fentanilo y analgésicos —, es una práctica que no sólo arrasa con vidas humanas. Está demostrado que el impacto económico de la crisis es mucho más costoso de lo que se pensaba, pues supera el medio billón de dólares, lo que representa el 2,8% del PIB, según el nuevo informe de economistas de la Casa Blanca.
José Luis Carretero Miramar, miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión, opina que esta situación "es el resultado de una forma de vida occidental determinada, basada en el consumo y en un proceso que viene de los años ’70 (década de 1970) de flexibilización del trabajo, de la desaparición de contrapoderes sindicales en los centros de trabajo, y de la generación de una forma de vida que está basada en un trabajo muy intenso, y al mismo tiempo en una situación ante la muerte de las grandes narraciones. No se ve cómo vivir, no se ven objetivos para la propia vida en el marco de un tema cada vez más caótico y degradado".
Las cifras en torno a los opiáceos y las graves consecuencias que aparejan su consumo, se conocen casi un mes después de que el presidente, Donald Trump, declarara a este mal como emergencia de salud pública por su abuso generalizado. Los números que airea el jefe de Estado norteamericano multiplican por más de seis a las que ofreció un estudio previo.
Estos ajustes realizados por el Consejo obedecieron asimismo a contar con una mayor precisión en el número de muertes relacionadas con los opiáceos, que a menudo son subinformadas, y se centró en los opiáceos ilícitos, así como en los medicamentos recetados.
Además: El lado oscuro de los analgésicos
Dicho de otra forma, la adicción a estas sustancias tiene un amplio abanico de razones que subyacen en ella. No es que se trate única y exclusivamente de un abuso de drogas tal como se entiende comúnmente, porque detrás de gran parte de estos abusos, está la industria farmacéutica, y consecuentemente, los médicos, ligado a su vez a la situación económica de los pacientes.
De tal suerte, la adicción a los opiáceos está relacionada a recetas médicas que los profesionales de la salud extienden a aquellos pacientes que no tienen dinero suficiente para costearse tratamientos más costosos para sus bolsillos, como puede ser sesiones de fisioterapia.
Para Carretero Miramar, "el sistema de la sobremedicación de los pacientes está relacionados también con conceptos puramente de clases. La gente con dinero puede acceder a una serie de tratamientos que no están basados en la medicación, como actividades desestresantes del tipo de terapias alternativas, etc., que les permite tener otra calidad de vida".
"La sobremedicación de los trabajadores, de las clases populares, es bastante común incluso en los países occidentales. En ese sentido se trata de calmar la angustia provocada por situaciones de vida realmente estresantes con toda una serie de medicamentos que se vuelven muy onerosos, pues este proceso también se está dando en el marco de un desmantelamiento de los servicios públicos de salud", concluye José Luis Carretero Miramar.
La administración Trump aún no ha liberado los fondos federales para desastres para enfrentar el problema.