Dicha información se envía a través del ALIS, el Sistema Autónomo de Información Logística a nivel mundial, e incluye datos operativos, de autodiagnóstico y de mantenimiento. A Noruega no le está gustando.
"Debido a consideraciones de carácter nacional, existe la necesidad de un filtro donde las naciones [que utilizan los F-35] puedan escoger no facilitar esos datos confidenciales que el sistema comparte con el fabricante, Lockheed Martin", sostiene en el rotativo Lars Gjemble, un especialista del Ministerio de Defensa noruego.
El especialista señala que, a pesar de las bondades del F-35, los datos que envía automáticamente a Texas podrían comprometer en gran medida la seguridad del piloto.
"En cierta manera, es parecido al dilema de qué información comparte tu iPhone con su fabricante", explica Gjemble.
El país nórdico es uno de los Estados europeos que más ha apostado por los F-35. Se ha comprometido a comprar 52 unidades y a pagar 8.360 millones de dólares. Las aeronaves se alojarán en tiendas de campaña hasta que se construyan hangares adecuados para ellos; un proyecto que se espera que concluya en 2020.
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