El capitán de fragata Leonardo Braga Martins explicó a periodistas que "no se puede saber" cuándo fue la última vez que el submarino renovó su atmósfera ni exactamente de cuántos suplementos de oxígeno dispone en su interior, por lo que es difícil calcular sus días de autonomía y cualquier hipótesis puede ser precipitada.
El submarino ARA San Juan desapareció el miércoles 15 frente a la costa patagónica de Argentina, a 432 kilómetros de tierra, con 44 tripulantes a bordo, y Brasil es uno de los países que colaboran en las tareas de búsqueda.
Los submarinos convencionales de ataque como el ARA San Juan pueden abastecerse de oxígeno de varias formas: la más habitual es la maniobra de "snorkel", captando aire de la atmósfera a través de un tubo, aunque para ello se necesita que el submarino esté al menos a 15 metros de la superficie.

Una vez localizado el submarino, esas reservas de oxígeno podrían recomponerse desde fuera incluso antes de rescatar la tripulación, para poder ganar algo más de tiempo.
Braga Martins también resaltó en rueda de prensa que hay diversas técnicas para ahorrar oxígeno, como reducir el volumen de trabajo, la comunicación verbal y el esfuerzo físico en general.
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Toda esta diversidad de variables hace que, en su opinión, no haya "evidencia técnica" suficiente para decir que la nave argentina se está quedando sin oxígeno.
"No se puede afirmar que el submarino tiene cinco, 10 o 15 días de oxígeno, no sabemos cuándo fue la última vez que captó aire de la superficie (…) existen registros de salvamentos que excedieron las expectativas en que las tripulaciones se salvaron", dijo.
La Marina de Brasil participa en la operación de rescate con tres embarcaciones: la fragata Rademaker (F-49), el barco de socorro submarino Felinto Perry (K-11) y el barco polar Almirante Maximiano (H41).
Además, la Fuerza Aérea Brasileña participa en las tareas de búsqueda desde el aire con las aeronaves SC-105 Amazonas y P-3AM Orion.