El columnista del diario Gazeta.ru Mijaíl Jodariónok opina que, tras la insistencia de Turquía y Arabia Saudí para adquirir el sistema ruso Triumf, se esconde una razón concreta.
"Supongamos, solo hipotéticamente, que un caza F-16 de la Fuerza Aérea de Jordania recibe la orden de derribar un caza igual de la Fuerza Aérea israelí. Sin embargo, el piloto jordano no podría atacar el avión de combate israelí. Lo hizo imposible el país fabricante de armas y equipo militar: Estados Unidos", observa el analista militar.
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Según Jodariónok, el sistema de a bordo y las armas del caza de EEUU tienen ciertas restricciones. "Una batalla entre dos F-16 estadounidenses es imposible. Los sistemas antiaéreos y antimisiles, producidos en EEUU y otros países occidentales, cuentan con las mismas limitaciones".
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 29 октября 2017 г.
En particular, "en 1991, durante la guerra en el Golfo, todos los sistemas de defensa antiaérea franceses de Sadam Husein fueron desactivados por una señal externa. Varios casos similares ocurrieron en África con los sistemas franceses Crotale", recuerda el periodista.
Jodariónok advierte que "la situación en Oriente Medio podría desarrollarse de manera que surja un enfrentamiento armado entre varios países equipados con armas compradas a EEUU y Occidente. En este caso, ninguna de las partes podría cumplir la misión de combate".
Además, la 'lluvia' de misiles de los hutíes desde Yemen contra Arabia Saudí será por sí misma una situación perfecta para medir los dos sistemas en condiciones reales: los Patriot saudíes ya demostraron que sus capacidades no siempre garantizan el derribo. Así, la competencia decidirá quién es el mejor de los dos, concluyó el autor.
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