"Declaración de Buenos Aires sobre el trabajo infantil, el trabajo forzoso y el empleo joven" es el título del texto suscrito por representantes de gobiernos, empresarios y sindicatos junto a entidades regionales y organizaciones de la sociedad civil.
Unas "25 millones de personas, incluidos más de cuatro millones de niños, siguen siendo objeto de trabajo forzoso, habida cuenta de la importancia de la trata de personas", describieron en el texto.
El trabajo infantil y forzoso predomina en la economía informal, sobre todo en zonas afectadas por conflictos armados, situación a la que hay que añadir 71 millones de jóvenes desempleados.
En cuanto al trabajo forzoso, el 24% se concentra en el ámbito doméstico, el 18% en la construcción, y el 12% en la agricultura.
"La escala sin precedentes de la migración y de los desplazamientos forzosos ha dado lugar al incremento del número de niños que son víctimas del trabajo infantil y forzoso", señala el documento.
Tras fracasar el plan de acción mundial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que en 2007 propuso eliminar el trabajo infantil para 2016, los participantes también suscribieron una serie de acciones en el ámbito de política y gobernanza, conocimientos, datos y supervisión, y alianzas e innovación para erradicar definitivamente este flagelo.
Esta información se dio a conocer en la conferencia que se desarrolló durante los últimos tres días en la ciudad de Buenos Aires bajo el auspicio del Ministerio de Trabajo y con el apoyo de la OIT.