El planeta recibió el nombre de Ross 128b y es el segundo más cercano a la Tierra tras la famosa Próxima b, cuyo descubrimiento causó un notable revuelo en el ámbito astronómico el año pasado.
De hecho, estudiar exoplanetas es más fácil cuando la estrella local es menos activa, puesto que eso facilita la detección por telescopios y también influye en la capacidad de los planetas para retener su atmósfera, lo que es esencial para los organismos vivos.
El #planeta de las esperanzas: las posibilidades de encontrar vida fuera de la #Tierra https://t.co/Ngn7VeyOqO pic.twitter.com/ZSdW6bMwd5
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 1 ноября 2016 г.
Xavier Bonfils, del Instituto de Planetología y de Astrofísica de Grenoble, jefe del equipo que trabaja con HARPS, comentó a Sputnik que los planetas son calificados como similares a la Tierra en función de su masa, la distancia a la estrella local y la cantidad de luz recibida.
"Lo que no sabemos es cuánta luz refleja al espacio. Lo llamamos el 'Efecto Albedo'. Si tenemos un 'Efecto Albedo' como el de la Tierra, el planeta es lo suficientemente frío como para retener agua líquida en la superficie", afirmó Bonfils.
Extremadamente Grande (ELT, por sus siglas en inglés) con un diámetro de 39 metros, que se está construyendo en Chile.
"Podremos realmente ver el planeta. En buenas condiciones climáticas, el planeta es 10 millones de veces menos luminoso que la estrella. Hay un gran contraste y el ELT dará la posibilidad de superar ese contraste y ver el planeta", explicó el científico.