"Países desarrollados como Estados Unidos y países de Europa demandan mucho el tema de mascotas, colmillos, garras, pieles… y pagan importantes sumas de dinero", señaló el funcionario.
Ante esta problemática, que en 2016 dejó más de 1.000 libras de carne incautadas y 2.317 especies rescatadas, Ecuador comenzó la campaña "Alto al tráfico de animales silvestres", que busca generar conciencia en la población sobre los efectos que tiene este delito.
"Decidimos hacer una campaña para concientizar a la población acerca de la importancia de la biodiversidad, de que el tráfico de vida silvestre es un tema penado por la ley con prisión de hasta tres años, y que el tráfico de vida silvestre puede originar la transmisión de enfermedades que afectan a la salud humana", argumentó el representante del Ministerio del Ambiente.
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Otro de los objetivos, prosiguió, es garantizar que estas especies no sean sacadas de su hábitat, porque una vez que esto sucede, "es muy difícil que esta especie pueda regresar a su entorno natural".
Asimismo, el funcionario alertó por el incremento en el interés por insectos, mariposas y arañas, así como el consumo de carne de animales como el cerdo de monte, los sajinos, las guantas y las guatusas, que son "sumamente traficados".
Según el Ministerio de Ambiente, en el año 2011, cuando todavía existía el ilegal mercado de Pompeya, uno de los más grandes del país, ubicado en la provincia amazónica de Orellana (noreste), "el número era mucho mayor", aunque las autoridades consideran que el tráfico "no ha disminuido", sino que "se están usando otras vías para hacerlo".
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Por ello ahora se cuenta con más puestos de control ya que detrás de esta actividad ilícita existen "mafias organizadas", pues "el tema de tráfico silvestre está por debajo del tráfico de drogas y del tráfico de armas y es el tercer negocio más lucrativo", explicó Silva.
De allí que desde el ministerio estén enfocados a "no perseguir únicamente al campesino pobre que está haciendo cacería para subsistencia, sino a los medios, a la gente que está demandando esto", observó el funcionario.
En Ecuador, la cacería de subsistencia que no implica comercialización, está permitida, por lo que "el punto de quiebre es el tema de comercialización", y eso ocurre "cuando esta carne, por más que sea de una comunidad indígena, está siendo vendida".
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Para evitar aquello, el Gobierno tiene acuerdos suscritos con varias comunidades para fortalecer la no comercialización de animales; sin embargo, hay indicios que permiten comprobar si la carne está siendo usada para consumo y subsistencia.
El principal problema se alberga en las provincias amazónicas debido a que son las que tienen mayor biodiversidad, considerando que Ecuador es el país más biodiverso del planeta con relación a su densidad demográfica.
"En la provincia de Sucumbíos (noreste) tenemos un problema muy crítico de cacería, sin embargo, en la provincia de Napo (centro) tenemos un problema más crítico de consumo, porque allí se consume la carne que se saca de Sucumbíos y Pastaza (este) por su extensión y por la cantidad de biodiversidad que tiene", dijo Silva.
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Otro de los puntos críticos se ubica en Esmeraldas (noroeste), donde la situación es más compleja porque no existe una unidad de manejo de fauna, "entonces los animales que son decomisados son trasladados a otras provincias a centros de rescate", lo que complica aún más el control.
Se busca que las personas denuncien los actos de tráfico y se evite no solo el decomiso de las especies muertas, sino su rescate y su potencial retorno a su hábitat.
La cruzada también es apoyada por el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Fundación Wildlife Conservation Society.
En Ecuador, que cuenta con alrededor de 17.000 especies protegidas, el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal sanciona la tenencia de vida silvestre con penas de uno a tres años de prisión.