"Los intentos de Rusia de socavar y cerrar el Mecanismo Conjunto de Investigación de la ONU y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas demuestran el desacato desalmado a los sufrimientos y la muerte de las personas por el ataque químico y la falta de respeto por las normas internacionales", dice el comunicado.
La oposición siria denunció el 4 de abril un supuesto ataque con armas químicas en Jan Sheijun, provincia de Idlib, que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud, que culpó a Damasco por la tragedia, pero las autoridades sirias refutaron la acusación alegando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la OPAQ.
El Gobierno sirio aseguró que nunca empleó sustancias tóxicas ni contra la población, ni contra la oposición, ni contra los terroristas.
El 7 de abril EEUU atacó con misiles de crucero la base aérea siria de Shairat, provincia de Homs, desde la cual supuestamente se llevó a cabo el ataque químico, sin esperar la investigación ni presentar pruebas irrefutables.
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El presidente sirio, Bashar Asad, negó que se hubiese producido un ataque químico y calificó el caso de provocación para justificar el bombardeo a una base aérea crucial en la lucha contra el terrorismo.
Por su parte, Rusia supuso que la tragedia de Jan Sheijun fue un montaje o resultado de un bombardeo de la aviación siria a arsenales donde los terroristas guardaban armas químicas.