"Es difícil decir que fue elaborado por profesionales (…) Más parece que fue elaborado por novatos", dijo la representación rusa en una carta hecha pública.
"El informe está construido a base de suposiciones y datos sesgados", indicó la oficina diplomática de Rusia.
El informe atribuye a las fuerzas gubernamentales sirias el uso de gas sarín en Jan Sheijun y responsabiliza a la organización terrorista Daesh (autoproclamado Estado Islámico y proscrito en Rusia y otros países) de un ataque con gas mostaza el pasado 16 de septiembre de 2016 en la localidad de Marat um Hosh.
Desde Damasco también cuestionaron el trabajo de la ONU y la OPAQ, del que dice que es un instrumento de presión de Occidente.
El Gobierno sirio denunció que el controvertido informe fue construido a base de las declaraciones de los propios terroristas que cometieron esos actos inmorales en Jan Sheijun y de testigos cuestionables.
Varios analistas también han criticado el polémico informe.
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Theodore Postol, profesor emérito de Ciencia, Tecnología y Política de Seguridad Nacional del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EEUU), tachó de erróneo y parcial el documento de la OPAQ y dijo que ponía en duda la imparcialidad del organismo internacional.
Postol indicó que los expertos de la ONU y de la OPAQ nunca llegaron a Jan Sheijun y solo usaron vídeos que las facciones locales publicaron en Internet para manipular la información sobre los sucesos.
Recordó también que la aviación estadounidense atacó con misiles la base aérea siria de Shairat, provincia de Homs, desde la cual supuestamente se llevó a cabo el ataque químico, sin esperar una investigación ni presentar pruebas irrefutables.
Siria eliminó en 2016 todos sus arsenales químicos bajo la supervisión de la OPAQ.