"Nuestros socios extranjeros deberían cambiar su enfoque de cómo ayudan a la libertad de expresión en Ucrania —subvenciones a organizaciones que realizan conferencias, monitoreo, análisis— hacia la presión diplomática, es necesario obligar a las autoridades y fuerzas de seguridad que garanticen la seguridad de los periodistas conforme con la legislación existente", dijo.
"Los actos de violencia física contra los empleados de los medios de comunicación en Ucrania, por desgracia, no tienen la reacción adecuada por parte de las autoridades, no hay precedentes justos de castigo a los agresores de periodistas, y cuando hay juicios son penados con multas ridículas", subrayó.
Anteriormente, la Unión de Periodistas informó que desde el comienzo de 2017 en Ucrania se han registrado 80 casos de agresión física contra periodistas.
En particular en octubre fueron golpeados un total de cinco periodistas en Kiev y los suburbios, así como en la región de Jersón.
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Otro reciente episodio del acoso a periodistas en Ucrania es la detención del periodista Vasili Muravitski a quien se le acusa de alta traición, atentado contra la integridad territorial de Ucrania, violación de la igualdad de los ciudadanos y creación de una organización terrorista.
En los últimos años en Ucrania fueron asesinados varios periodistas, entre ellos Pável Sheremet y Oles Buzina.
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La Cancillería de Rusia ha llamado en reiteradas ocasiones a organizaciones internacionales, a condenar la política de Ucrania hacia los medios de comunicación en el país.