"Estados Unidos y sus partidarios están fomentando las tensiones en torno a la investigación sobre el uso de armas químicas en Siria", indica el comunicado de la Cancillería rusa.
"En el caso de Siria, hay un conocido grupo de países que siempre plantean exigencias ante el país árabe y le dan un tiempo reducido para cumplirlas, con lo cual se menoscaban los derechos inalienables de Siria como miembro de la Convención sobre Armas Químicas", subrayó el Ministerio de Exteriores ruso.
Moscú comenta que cada vez hay más pruebas de que en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) se aplica una política de doble rasero hacia Siria.
Los expertos concluyeron que el gas sarín fue empleado por las fuerzas gubernamentales sirias y el gas mostaza, por el grupo terrorista Daesh o autodenominado Estado Islámico (prohibido en Rusia y otros países).
"Siria, siendo miembro de la Convención sobre Armas Químicas, tuvo dificultades para recibir las muestras de las sustancias tóxicas tomadas en su territorio", señaló la Cancillería rusa.
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El pasado 4 de abril, la oposición siria denunció un supuesto ataque con armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun, que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud.
Además culpó a Damasco por el incidente, pero las autoridades sirias rechazaron la acusación alegando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la OPAQ.
El Gobierno sirio subrayó que nunca empleó sustancias tóxicas ni contra la población, ni contra la oposición o los terroristas.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia informó que la tragedia se produjo tras un bombardeo de la aviación siria a los depósitos de municiones terroristas cerca de Jan Sheijun que contenían armas químicas destinadas a los yihadistas de Irak.