El piloto Serguéi Bogdán, condecorado como Héroe de Rusia, realizó el primer vuelo en el entonces T-50, el primer prototipo de caza ruso de quinta generación.
Por su experiencia con básicamente todos los aviones de este tipo de fabricación rusa, Bogdán posee una visión única de cómo avanzaron las tecnologías aeronáuticas entre las dos generaciones.
Peculiaridades del pilotaje
"En comparación con la cuarta generación, como los Su-27 y MiG-29, el Su-57 es mucho más fácil de manejar", asegura Bogdán, coronel del Ejército ruso en la reserva.
Ahora el sistema de manejo integrado es capaz de respetarlos automáticamente, y para bien: durante maniobras extremas, características de los nuevos cazas, el pilotaje resultaría "un proceso muy exigente".
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Al mismo tiempo, los cazas rusos Su-30SM y Su-35 adoptaron parcialmente las mismas tecnologías, y su manejo ya es más confortable, así que la transición de los pilotos hacia los Su-57 no será difícil, opinó.
Exigencias para el piloto
Una de las diferencias más significativas entre las dos generaciones es la potencia aumentada de los motores.
El volumen de conocimientos necesarios también se ha disparado, estima Bogdán.
En tiempos de la cuarta generación, los aviones disponían de unos diez tipos de armas y requerían dominar tres operaciones básicas: ataque contra tierra, ataque contra aire con misiles guiados y ataque contra aire con cañón.
"El arsenal del Su-57 reúne unas cincuenta armas totalmente diferentes con medidas de puntería distintas: de localización por TV, por radar, contra blancos terrestres, marítimos… Y a veces se debe sumar a todo esto la distribución de los blancos entre su escuadrón", enumera el piloto.
En Rusia, los científicos del Instituto de Medicina Espacial se unieron con los diseñadores aeronáuticos, los pilotos de prueba y los pilotos militares para optimizar los algoritmos de gestión.
"Los aviones más modernos se destacan por un pilotaje un poco auxiliar. Al apuntar las armas, el piloto puede dejar de manejar el caza, y el algoritmo automáticamente vuelve el avión a una trayectoria segura —vuelo horizontal y sin virajes—. Usar las armas tiene prioridad", explica el coronel.
El 'despido' de los humanos
La transición hacia los aviones de combate no tripulados es muy probable, aunque no será inmediata, estima Bogdán. Primero, los pilotos humanos irán acompañados por drones y los manejarán en combate. Poco a poco las tecnologías avanzarán lo suficiente, convirtiendo al piloto en un operador terrestre.
Otro aspecto a considerar son las crecientes capacidades técnicas de las aeronaves. En un futuro próximo, la velocidad y la capacidad de maniobrar de los aparatos aéreos será peligrosa físicamente para los humanos.
De esta manera, no se descarta que los cazas polivalentes de quinta generación de hoy sean quizás las últimas aeronaves diseñadas exclusivamente para pilotos humanos.
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