"La noción de Trump sobre las relaciones diplomáticas y comerciales se basa en una subyacente guerra cultural, inspirada en una ideología supremacista blanca", afirmó Heredia quien integra el Consejo Consultivo del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson de Washington.
Tras la salida británica de la Unión Europea el magnate que ocupa la Casa Blanca "confía más en los canadienses y británicos, simplemente porque los considera que son de raza blanca, que pertenecen a la esfera anglo y sajona".
El integrante del Comité Internacional de la Cumbre de Migrantes de América Latina y el Caribe apuntó que esas nociones corresponden al mundo ideal de Trump: "regresar a EEUU a los años de la supremacía blanca anglosajona y protestante".
Le puede interesar: Trump firma una resolución que condena el racismo
En contraste, en el país latinoamericano "las élites mexicanas no han tomado nota de ese profundo abismo, abierto desde enero de este año en sus rutas de acceso a la Casa Blanca y a los centros del poder de decisión en Washington", ahora enfrascadas en una compleja renegociación del pacto comercial vigente desde 1994.
Los negociadores estadounidenses liderados por Robert Lighthizer, deben lograr que sean los mexicanos y canadienses quienes se levanten de la mesa para "que paguen el costo político de romper, no la Casa Blanca", dijo el profesor asociado del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
El analista considera que las rondas comerciales no apuntan a una tesitura de negociar con argumentos, ofertas y contraofertas convincentes: "no hay un proceso de persuasión ni de convencimiento".
Guerra cultural
Desde el arranque de su campaña presidencial, Trump no ha parado de decir que los mexicanos son "pandillas de ladrones, criminales y narcotraficantes".
El siguiente paso es hacer una promesa de "liberarlos de un grupo de gente peligrosa, de una forma que mis antecesores no hicieron".
Lea también: La ONU constata aumento del racismo y la xenofobia en EEUU
Las élites mexicanas no han tomado en serio el desafío cultural "o no lo quieren aceptar", dice Heredia, quien ha participado como asesor del Senado de México sobre las negociaciones del TLCAN.
"Nuestras élites se rehúsan a aceptar ese desprecio de Trump, porque ellos se consideran blancos, no se sienten aludidos por los insultos, los ven dirigidos a los migrantes".
El compromiso prioritario del mandatario estadounidense son sus electores, y esa tendencia se acrecienta a medida que se acercan las elecciones de medio mandato para renovar el Congreso en 2018, indicó el académico.
"Trump piensa que la gente decente y civilizada que habla inglés, con una visión del mundo compartida, se enfrenta a la amenaza de salvajes e ingobernables, gente de otras razas que no son blancas, con una íntima convicción de que los demás seres somos inferiores", aseguró Heredia.
Es un enfoque que la clase política en México ni siquiera ha explorado: "porque con sus doctorados y negocios en EEUU, no se dan cuenta en el imaginario de la guerra cultural supremacista siguen siendo hispanos o simplemente latinos".
La próxima ronda de negociación del TLCAN será en la Ciudad de México del 17 al 21 de noviembre, mientras que está prevista una sexta ronda en Canadá en las primeras semanas de 2018.