"Estos equipos mejorarán la capacidad de la DEA para combatir el tráfico de heroína, fentanilo, derivados del fentanilo y la violencia asociada con el tráfico de drogas", dijo el administrador interino de la organización, Robert Patterson, según consigna el comunicado.
El presidente de EEUU, Donald Trump, decretó el 26 de octubre una emergencia nacional de salud pública por la crisis de los opiáceos.
"La crisis de opiáceos es una emergencia nacional en salud pública bajo la ley federal", dijo Trump y aclaró que el país va a "combatir agresivamente la epidemia de opiáceos desde todos los frentes".
La "principal prioridad" de la DEA es abordar la "epidemia" y perseguir a las "organizaciones criminales que distribuyen su veneno" a los ciudadanos estadounidenses, agregó Patterson.
Estas localidades fueron determinadas por la DEA en base a las tasas de mortalidad por opiáceos y los niveles de decomiso de las drogas en cuestión.
No obstante el organismo aclaró que los equipos "no serán geográficamente limitados" sino que harán investigaciones donde los lleve la evidencia.
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Al determinar las ubicaciones de estos equipos la DEA consideró múltiples factores, incluidas las tasas de mortalidad de opiáceos, el nivel de decomisos de heroína y fentanilo, y dónde los recursos adicionales tendrían un mayor impacto al abordar la amenaza en curso.
Unas 64.000 personas murieron en 2016 por sobredosis de opiáceos en EEUU, lo que supone 175 muertes diarias y siete muertes por hora.