Su capitalización ha caído dos veces, de dos billones de dólares a uno, además se discute la posibilidad de que Riad se vea obligado a posponer la oferta internacional por un período indefinido.
Un factor irritante adicional podría haber sido la decisión del Estado saudí de adquirir los sistemas rusos de defensa aérea S-400.
Desde fuera puede parecer que Estados Unidos no tendrá dificultades para obligar a Arabia Saudí a disminuir su cooperación con Rusia. Washington aún tiene botones para presionar: por ejemplo, tras complicar la IPO de Saudi Aramco puede hacer lo mismo con los bonos saudíes que ahora se utilizan para financiar el déficit presupuestario.
Tampoco se puede descartar la opción de utilizar la tecnología política de las 'revoluciones naranjas' contra Riad, especialmente porque Estados Unidos tiene una experiencia rica y sangrienta en las 'primaveras árabes', señala el analista. Sin embargo, también se debe tener en cuenta que Arabia Saudí tiene una manera de infligir un daño económico aún más grave en Estados Unidos, lo que causará consecuencias catastróficas a largo plazo para el sistema financiero estadounidense en su conjunto.
Lo que puede hacer es 'matar' el petrodólar, lo que generará serios problemas para EEUU, país que necesita mantener una alta proporción del dólar en el comercio internacional y especialmente en el de la energía.
Rusia es capaz de maximizar el daño al sistema financiero estadounidense. Para ello, tiene que acelerar el desarrollo del comercio de petróleo en rublos, evitando el uso de dólares.
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El acuerdo de Rusia con la OPEP demostró que la cooperación entre Moscú y Riad puede tener un gran impacto en el mercado energético mundial, mientras que al dejar de manera conjunta y simultánea el comercio de petróleo en dólares se iniciaría una verdadera revolución en el sistema financiero mundial, concluye el columnista.