"Este camino significa destrucción de España, destrucción de Europa, contradice la historia y la identidad de Cataluña, la fuerza de esta región, su cultura y su economía que es catalana, española y europea al mismo tiempo”, escribió en un artículo para el semanario Journal du Dimanche.
El expolítico pidió a las autoridades catalanas que "respeten a España" y "ayuden a su gobierno".
El 10 de octubre, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, validó el resultado del referéndum independentista realizado el 1 de octubre y reafirmó su voluntad de "asumir el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república".
Sin embargo, Puigdemont pidió al Parlamento catalán que mantenga en suspenso la proclamación de independencia para dar espacio a un diálogo con Madrid.
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Horas más tarde, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, le puso a Cataluña plazo hasta el 16 de octubre para aclarar si declaró la independencia o no y añadió que si Puigdemont responde que, efectivamente lo hizo, tendrá unos días más para desistir de aplicar la declaración.