"Minar de esta forma un acuerdo de no proliferación de armas nucleares que está teniendo éxito aísla a Estados Unidos y pone de manifiesto la poca credibilidad y confianza en el país […]. Y peor todavía: es un movimiento que vuelve a confrontar a Estados Unidos con Irán", alerta el artículo.
Y es que, como apunta Glaser, poner trabas al acuerdo deja a Estados Unidos en una mala posición frente al resto de países, ya que la comunidad internacional no se pondrá de parte de Washington. Lo que significa que "no existe ninguna posibilidad de alcanzar un acuerdo mejor" en el futuro para los estadounidenses ni de "exigirle más a Irán".
Para Glaser, la decisión de Trump no es más que una forma de mostrar su hostilidad irracional hacia un acuerdo que forma parte de la herencia de su predecesor, Barack Obama.
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La teoría según la cual Irán está decidido a hacerse con armas nucleares —a pesar de estar cumpliendo con sus obligaciones dentro del acuerdo— tampoco parece plausible y "es incorrecta".
"Parece bastante claro que Teherán ha llegado a la conclusión de que lo que obtiene haciendo concesiones a cambio de mayores compromisos económicos y relaciones diplomáticas es mucho mejor que los costes de la carrera por convertirse en una fuerza disuasiva nuclear. Esa carrera le aseguraría a las autoridades de Irán su supervivencia, pero condenaría al país al aislamiento total", reflexiona el artículo.
Pero por ahora, con Estados Unidos aislado y el resto del mundo intentando reforzar el acuerdo, "Irán todavía tiene razones para participar en él", aunque los últimos movimientos de Trump estén inclinando la balanza cada vez más al lado contrario, concluye Glaser.