"España necesita mediación internacional: no una intervención de la monarquía que parece la última jugada equivocada sobre Cataluña", escribió Barber en su cuenta de Twitter.
"Con sus decisiones han vulnerado de una manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado", dijo el monarca en una declaración institucional televisada.
Felipe VI calificó como "irresponsable" la conducta del Ejecutivo catalán porque su "quebrantamiento de los principios democráticos" divide y fractura a la sociedad española.
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"Han socavado la armonía y la convivencia", afirmó el Rey, que acuso al Ejecutivo catalán de pretender "quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común"
En esa votación participaron 2,2 millones de personas, de las que un 90% optó por la independencia, lo que según el Gobierno catalán le otorga el derecho de constituir una nueva república independiente.
El Gobierno central, en cambio, no reconoce la validez de ese referéndum que, además de haber sido ilegalizado por el Constitucional, según Madrid, no cumplió un mínimo de garantías procedimentales.
La jornada electoral se saldó con 893 personas atendidas por los médicos debido a la agresión policial, según el Departamento de Salud catalán; por su parte, el Ministerio del Interior de España menciona que hay 431 agentes heridos.