"En aquel período de tiempo existía una amenaza real de la disolución del Estado sirio en cuatro partes, [lo que suponía que] solo el litoral y el territorio cerca de Damasco quedarían bajo el control del Gobierno sirio. Tras el comienzo de la operación militar rusa, las fuerzas de Asad empezaron a ganar terreno", declaró.
El entrevistado señala que la ayuda militar rusa a Siria, el envío de los asesores militares y otros especialistas, así como el apoyo al Gobierno sirio por parte de Irán y el movimiento libanés Hizbulá, jugaron un papel significativo en dicho proceso. Yavuz añade que gracias a todo esto "los militares sirios recobraron el ánimo".
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"En mi opinión, en las condiciones actuales Asad no permitirá la creación de un segundo estado en el territorio sirio. La integridad territorial de Siria es el factor fundamental. Rusia jugó un papel decisivo e importante gracias a sus acciones contundentes y a su ayuda", recalcó el especialista.
Yavuz considera que la cooperación efectiva entre Moscú, Teherán y Ankara dio pie al proceso de negociaciones intersirias en la capital kazaja, Astaná. Como resultado, las partes del proceso de paz lograron crear cuatro zonas de distensión en Siria, declaró.
"De esta manera, el proceso de Astaná, a diferencia de las negociaciones estancadas en Ginebra, se ha convertido en una herramienta importante en el camino del Estado sirio hacia la época que seguirá a la victoria sobre Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países—", destacó.
El entrevistado cree que la colaboración entre Rusia, Turquía e Irán es esencial en este proceso.
"Teniendo en cuenta todos estos puntos, podemos estar seguros de que la operación militar que Rusia lanzó hace dos años, sirvió como un salvavidas, que dio un 'segundo aire' a las tropas de Asad en su lucha antiterrorista", concluyó Yavuz.
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