"En caso de que haya éxito geológico (en las exploraciones), las inversiones podrían ascender a 3.800 millones de dólares a lo largo de la vida de los contratos", dijo Coldwell, principal responsable de la política energética del gobierno federal en su presentación oficial.
Coldwell dijo que, si se cumple ese objetivo, las empresas contratistas "traerían a México 39.000 nuevos empleos que ayudarían a la reactivación económica en estados afectados por la menor actividad petrolera de los últimos años", debido a la declinación de la producción en los grandes yacimientos mexicanos, como el gigantesco Cantarell.
La nueva producción que añadirían esos yacimientos, en al menos 10 de las 35 áreas subastadas, se estima en hasta 120.000 barriles diarios de crudo lo que equivale al 6% de la producción promedio mexicana en 2017.
Si se cumple esa meta "significaría un 25% de la producción estimada proveniente de nuevos descubrimientos hacia el 2026 que proyectó la Agencia Internacional de Energía", dijo el funcionario federal.
Oferta de yacimientos
La oferta de la tercera ronda contiene yacimientos en las aguas someras del Golfo de México (cercanas a la costa y con menos de 500 metros de tirantes de agua), "bajo la modalidad de producción compartida", en la cual se han firmado tres de un total de ocho licitaciones petroleras en esas provincias petroleras mexicanas, según un documento entregado a los posibles inversionistas de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH, regulador estatal).
La CNH explicó que en total los estudios sísmicos indican recursos prospectivos por 1.988 millones de barriles de petróleo crudo equivalente en una superficie total de 26.265 kilómetros cuadrados, que deben ser verificados para convertirlos en reservas probadas, probables o posibles (conocidas como 3P), a partir de su factibilidad financiera, tecnológica y comercial.
Esta es la primera vez que el Estado mexicano oferta zonas petroleras en las aguas someras de la cuenca petrolera de Burgos (noreste de México) "con una superficie promedio de 600 kilómetros cuadrados por la que se esperan recursos de aceite ligero y gas húmedo", añade el documento entregado a las empresas.
Esta convocatoria "permite asegurar que las compañías operadoras cuentan con experiencia y capacidad probada para el desarrollo óptimo de los proyectos petroleros".
Los contratistas firmantes "estarán obligados al pago de las contraprestaciones correspondientes en favor del Estado, ya sea en efectivo y en especie".
Cada contrato tendrá una duración original de 30 años, con dos posibles prórrogas de cinco años cada una, estarán sujetas a la continuidad de las actividades de extracción de hidrocarburos en las áreas contractuales firmadas.
El contenido nacional establecido en los contratos para el año 2025 es de "entre el 17 y el 35%, de acuerdo con el tipo de proyecto".
El Estado mexicano espera inversiones por más de 60.000 millones de dólares por los contratos firmados desde julio de 2015 a la fecha.
La CNH dijo la primera semana de septiembre que en caso de éxito comercial, las inversiones totales podrían superar los 50.000 millones de dólares.
Y si se considera el prometedor campo Trión, en las aguas profundas del Golfo de México (de 0,5 a 1,5 kilómetros de tirantes de agua), las inversiones que llegarían México alcanzarían más de 60.000 millones de dólares.
México produce en total unos 700 millones de barriles de crudo al año al ritmo actual, de los cuales exporta alrededor de la mitad.