Ninguno de los actores globales y regionales tiene el deseo, ni la posibilidad de emprender acciones para impedir la celebración del referéndum, afirma el politólogo ruso Konstantin Truévtsev en su artículo para el Consejo de Asuntos Exteriores de Rusia.
"Es evidente que las autoridades persas no emprenden pasos serios hasta la celebración del referéndum, desde este punto de vista la votación es inevitable", escribe el autor.
Además, la cuestión sobre el reconocimiento de la independencia del Kurdistán iraquí sigue pendiente. El único país que podría reconocerla sería Israel.
"Se espera que tras la celebración del referéndum las autoridades kurdas no den pasos decisivos hacia la independencia, sino empiecen las negociaciones con el Gobierno de Irak. La celebración del referéndum no significa el establecimiento de la independencia", recalca.
No obstante, países como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos pueden estar interesados en que el Kurdistán iraquí al fin y al cabo logre su independiente. Estos Estados esperan que la independencia kurda debilite la influencia iraní en la región.
Asimismo, la separación del Kurdistán iraquí podría causar serios problemas para EEUU, los países de Europa Occidental y Rusia dado que conllevaría a una reacción de cadena en territorios poblados por kurdos en Siria, Turquía y posiblemente en Irán.
"Todo eso puede complicar la situación en Oriente Medio y crear la amenaza de un nuevo conflicto regional", concluye.