Las autoridades del Kurdistán iraquí convocaron para el 25 de septiembre un referéndum de independencia para esta región del noreste de Irak.
Bagdad considera que el referéndum es ilegítimo y el Parlamento iraquí votó en contra de su celebración.
"Las personas que toman decisiones en Bagdad tratan de actuar diplomáticamente y solucionar este problema mediante el diálogo, el Gobierno no quiere que el problema de Kurdistán sea internacional", dijo Sharifi.
"El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, está hablando desde 2005 sobre la necesidad de tender un oleoducto desde Kirkuk hasta Mosul a través de Siria hacia el Mediterráneo, para garantizar a Israel una fuente estable de energía", afirmó el experto.
En su opinión, Israel aplaudiría que los actuales regímenes en Siria e Irak fueran sustituidos por otros proamericanos.
"Todo esto permitiría a Israel controlar los flujos de petróleo y las fuentes de agua (…) Pero la firmeza de los sirios en la guerra frustró esos planes y entonces se lanzó el 'proyecto kurdo' para dividir a Siria e Irak", apuntó Sharifi.
Mientras, el Gobierno del Kurdistán iraquí mantiene la decisión de celebrar el referéndum.
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El primer ministro iraquí, Haider Abadi, ya advirtió que el Gobierno central está preparado para lanzar una operación militar en Kurdistán si el plebiscito provoca brotes de violencia.