"El proceso de Astaná ha ayudado a reducir la violencia y definir las zonas de distensión, para muchos sirios esto marca la diferencia entre la vida y la muerte", dijo en una reunión de las Naciones Unidas sobre el conflicto en Siria.
"No es lo que quieren los sirios y desde luego no es lo que necesita la región", expresó.
Las consultas de Astaná, copatrocinadas por Rusia, Turquía e Irán, comenzaron en enero de 2017 y buscan consolidar el armisticio y allanar el camino a una solución política del conflicto en Siria, incluyendo a través de la creación de cuatro zonas de distensión.
La primera zona fue activada el pasado 9 de julio en las provincias de Al Quneitra, Suwaida y Deraa, en el suroeste del país, en virtud de un acuerdo logrado por EEUU, Rusia y Jordania.
A principios de agosto entró en vigor la tercera área, al norte de la ciudad de Homs.
En la sexta reunión sobre Siria en Astaná celebrada los días 14 y 15 de septiembre, Rusia, Turquía e Irán –los países garantes de la normalización en el país árabe– anunciaron la creación definitiva de la cuarta zona de seguridad en la provincia siria de Idlib.