Según Stanislaw Werner, jefe del departamento del Private Solutions Singapore Castle Family office, el proceso de la retirada de dólares será largo. Todo esto se hace para evitar el desplome de los mercados, añade. Para finales del 2018, el volumen de las reducciones habrá alcanzado 500.000 millones de dólares.
De todas maneras, el proceso ya se ha puesto en marcha. La Fed dejó su tasa de interés de referencia sin cambios, pero indicó que aún espera un alza más en este año, tres el año que viene, y para el 2019 la tasa podría alcanzar un 2,7%.
Sin embargo, mejor no hacer pronósticos tan largos, opina Werner: en febrero de 2018, Donald Trump podría negarse a prolongar el plazo al presidente de la Fed y asignar los puestos vacantes a "su gente" que no necesariamente siga la misma política monetaria. Trump tiene la intención de mejorar la balanza comercial, y un dólar fuerte sólo agravará la situación, explica el analista.
No obstante, con la implementación de la política actual de la Fed, el dólar fortalecerá inevitablemente sus posiciones frente a las principales divisas. La razón es la diferencia en las tasas de interés. En la zona del euro, por ejemplo, la tasa clave puede seguir siendo de cero hasta el año 2020, en Japón la situación es similar, y en el Reino Unido puede aumentar una sola vez, y luego el Banco británico hará una pausa para evaluar el impacto del Brexit sobre la economía.
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Los principales riesgos para la economía estadounidense, al igual que para la economía global, siguen siendo las deudas incobrables de las empresas y los estados. De año en año, estas deudas muestran su crecimiento, alcanzando el 5% del PIB mundial. Sin embargo, los mercados ignoran este hecho negativo, inspirados en los informes de las empresas más grandes y el crecimiento del PIB mundial, observa el experto.
De acuerdo con el banco JP Morgan, la Reserva Federal durante tres años puede reducir el saldo en 2,2 billones de dólares. Esto, a su vez, conducirá a una salida de capital de los mercados emergentes por una suma de unos 220.000 millones de dólares. Según Sonja Gibbs, directora sénior del Instituto de Finanzas Internacionales, cada dólar retirado por la Fed reduce la afluencia del capital a los países en desarrollo en 10 céntimos.