El objetivo principal de los miembros de esta pandilla es infundir el terror en cualquiera que se interponga en su camino. Actualmente, el grupo opera en 42 estados de EEUU y en varios países de América Latina. Según diversos datos, está integrado por entre 70.000 y 100.000 miembros, mayoritariamente centroamericanos (salvadoreños, guatemaltecos y hondureños). Su principal fuente de ingresos proviene del narcotráfico de México.

Además del tráfico de drogas, el grupo está involucrado en la trata de personas, la extorsión, la venta de armas, el secuestro, el robo y los asesinatos por encargo.
Uno de los crímenes más notorios de los miembros de la MS-13 fue la violación en 2002 en los suburbios de Boston de dos adolescentes discapacitadas. Una de ellas se movía en silla de ruedas debido a la parálisis cerebral, y su amiga era sorda. La ira de la pandilla fue causada por el hecho de que unos días antes, el padre de una de las muchachas había entrado en una pelea con los mafiosos.
No obstante, la mayoría de los homicidios vinculados a las pandillas se producen entre miembros del propio grupo debido a la desconfianza. "Si eres una rata, vas a morir", dice una de las reglas de la MS-13, que funciona sin excepciones.
Así, Brenda Paz, que trató de acabar con su pasado criminal y empezó a informar al FBI sobre las actividades de la pandilla, fue asesinada por su propio novio, pese a que este sabía que la mujer estaba embarazada de él.
La brutalidad de la pandilla se manifiesta en todo. Incluso el ritual de ingreso en el grupo consiste en que otros miembros golpeen al nuevo compañero durante 13 segundos. Después, debe cumplir su primera misión: pelearse, robar o matar a alguien. Los criminales entran temprano en la Mara Salvatrucha. En las filas de la banda hay incluso niños de ocho años de edad.


Los miembros de la Mara Salvatrucha se distinguen por los tatuajes, que cubren el cuerpo y, a menudo, la cara, así como por el uso de su propio lenguaje de señas. Asimismo, muchos llevan camisas azules y blancas de cuadros.
La MS-13 se creó en los años 80 y 90 en las calles de Los Ángeles, California (EEUU) con el propósito de cuidar a los salvadoreños emigrantes, que se vieron obligados a abandonar el país a causa de la guerra civil.
Los horrores de la guerra, que los miembros de la MS-13 habían padecido en el Salvador, les convirtieron en unos asesinos despiadados. Se presume que su movimiento comenzó por el maltrato y la discriminación que existía hacia los salvadoreños.
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Para hacerse una idea de la magnitud de las actividades de la banda, basta con recordar que, en julio de este año, Donald Trump, presidente de EEUU, durante un discurso, proclamó como uno de los objetivos de la Administración estadounidense "desarmar, destruir y erradicar la MS-13". En el mismo discurso, el mandatario instó a la Policía a no ser "demasiado blanda" con los criminales.
"Son iguales o peores que Al Qaeda —grupo terrorista proscrito en muchos países, incluyendo Rusia-", aseguró Trump.