Ahora, Rusia brinda su apoyo a Siria y seguirá haciéndolo en el futuro. En Alepo, el país eslavo ayuda a restaurar la infraestructura y provee asistencia médica para los ciudadanos sirios, recuerda el experto.
Tras el fin de la guerra en Siria, Rusia puede mostrar sus fuerzas en el arreglo de otros conflictos, de acuerdo con el especialista. La situación en Libia, Yemen e Irak sigue siendo difícil.
En perspectiva, a largo plazo Moscú podrá no solo conservar sus contactos con los países clave de Oriente Medio como Arabia Saudí, Israel e Irán, sino diversificarlos.
Con cada nueva etapa Rusia seguirá adquiriendo más experiencia y profundizará sus relaciones con todos los jugadores regionales, incluso con los que están actuando en diferentes zonas del conflicto, opina Naumkin.
"Actualmente, casi todos los Estados de Oriente Medio muestran interés hacia Rusia y la consideran un socio principal, capaz de influir en la situación en la región. (…) Sin duda alguna la política multifacética aplicada por Rusia y las estrechas relaciones entabladas con varias potencias clave van a consolidar su papel en este rincón del mundo", enfatiza.
Naumkin opina que tras el fin de la guerra en Siria, Rusia tendrá muchas cosas que hacer en Oriente Medio dado que el conflicto sirio no es el único en la región.
"Aún falta encontrar una solución al conflicto árabe-israelí. Rusia es miembro del Cuarteto de Oriente Medio. (…) Pienso que la importancia de la regulación de la disputa árabe-israelí aumentará tras el arreglo del conflicto sirio", concluye Naumkin.