"El Gobierno desecha el plan de crear una zona de seguridad, pues si se crea caerá bajo control de figuras internacionales", dijo al periódico el director general de esta oficina, U Zoh Thai.
El conflicto entre los rohinyás y la población autóctona, que lleva años produciéndose en el estado birmano de Rakáin, ha experimentado en los últimos tiempos una escalada.
Los militares y agentes de seguridad de Birmania están llevando a cabo una operación en Rakaín contra un grupo radical rohinyá que el 25 de agosto pasado atacó varios puestos policiales y cuarteles del Ejército en este estado, los enfrentamientos causaron la muerte a más de 400 personas.
Los rohinyás, bengalíes étnicos que profesan el Islam, constituyen la mayoría de la población del estado de Rakáin, pero solo unos pocos poseen la ciudadanía birmana, la mayoría tienen el estatus de inmigrantes indocumentados.
Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin) a finales del siglo XIX y a principios del XX, cuando India y Birmania eran una colonia británica, durante esa época los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental a un territorio con escasa mano de obra agrícola.
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El conflicto se agravó y desembocó en confrontaciones directas étnico-religiosas entre 2011 y 2012, cuando en el país se formó un Gabinete civil elegido democráticamente y comenzaron reformas democráticas tras medio siglo del gobierno militar.