Según el banquero, "es imposible llevar a cabo un negocio en el que la gente invente una moneda. Terminará mal: matarán a alguien".
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A pesar de algunos cambios obvios en las ventas al por menor, tales como pagos sin contacto, la industria bancaria y financiera resiste a los cambios y tiene un modelo de negocio muy conservador. En opinión de Fletcher, la crisis bancaria fue en parte el resultado de estas opiniones conservadoras de un círculo de viejos amigos que asumen que todos en este sector jugarán según las reglas. Pero no sucedió así.
El experto también destaca que en el sector bancario hay una gran falta de conocimiento sobre las criptodivisas y las tecnologías, gracias a las que trabajan. Esta ignorancia es suficiente para poner nerviosos a los banqueros. En la tradición de la esfera financiera, la confianza es un pacto entre caballeros, y no algo creado por el cifrado y el intercambio de datos.
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También está seguro de que el mayor daño que el banco puede infligir a las criptomonedas existentes es aceptar este concepto y desarrollar su propia moneda de este tipo como una competencia.
"Las criptodivisas ofrecen una alternativa al sector bancario y financiero, y al negocio en general. Los dos tipos de divisa, la tradicional y la digital, pueden coexistir. Puede surgir una situación en la que un grupo de países, que llevan a cabo un comercio activo entre sí, desarrolle su propia versión del euro en forma de moneda criptográfica. Tal vez sea el Grupo de Cairns o la APEC", concluye el experto.