La delegación de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está encabezada por el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), Julio Borges, según el diario venezolano El Nacional.
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Vargas y Zapatero salieron más tarde del ministerio, supuestamente al presunto lugar de encuentro con los venezolanos, según el medio, que atribuye al Gobierno de Francia un papel también en este esfuerzo de mediación.
La actual iniciativa es encabezada por el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, y por Zapatero, quien venía actuando desde el año pasado como facilitador de una fracasada mesa de diálogo entre el Gobierno venezolano y la oposición.
Condiciones de la MUD
En forma previa a las reuniones de este 13 de septiembre, la MUD emitió un comunicado advirtiendo que el envío de una delegación a República Dominicana "no representa el inicio de un diálogo formal con el Gobierno" de Maduro.
"Se ha decidido enviar una delegación para reunirse con el presidente Medina en la cual se le presentarán los objetivos de la lucha democrática nacional", dice el texto.
Así, el eventual inicio de un diálogo dependerá de que se cumplan las "condiciones para una negociación seria", insistió la MUD.
Entre esas condiciones se encuentran la fijación de un cronograma electoral "completo e inamovible", con elecciones presidenciales incluidas, la liberación de los presos políticos y el levantamiento de inhabilitaciones a dirigentes opositores, el respeto a la independencia de los poderes del Estado y la atención inmediata a la "emergencia económica y social", según el comunicado..
El propio Borges sostuvo este13 de septiembre en su cuenta oficial de Twitter: "Reiteramos a Venezuela y al mundo que hoy (13/9) no hay diálogo, y no lo habrá sin condiciones".
Reiteramos a @DaniloMedina y Antonio Guterres que no hay diálogo hasta que se cumplan las condiciones y haya acompañamiento internacional.
— Julio Borges (@JulioBorges) 13 сентября 2017 г.
La postura de la oposición
"Se ha decidido enviar una delegación para reunirse con el presidente [dominicano Danilo] Medina en la cual se le presentará los objetivos de la lucha democrática nacional", señala el texto, difundido en la prensa venezolana.
La MUD subrayó que la invitación de Medina a República Dominicana "no representa el inicio de un diálogo formal con el Gobierno" de Maduro, y reiteró lo que considera sus "condiciones para una negociación seria": la fijación de un cronograma electoral "completo e inamovible", la liberación de los "presos políticos", el respeto a la independencia de poderes del Estado, y la atención inmediata a la "emergencia económica y social".
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El 12 de septiembre, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, anunció, tras reunirse con su par venezolano Jorge Arreaza, que este 13 de septiembre se reanudaría en República Dominicana el diálogo entre el Gobierno de Maduro y la oposición.
Por la noche, Maduro dijo en su alocución desde el Consejo de Ministros que aceptaba la invitación a retomar las conversaciones con la oposición.
Pero "la invitación (…) no representa el inicio de un diálogo formal con el Gobierno; el tiempo de gestos simbólicos se ha terminado; para entrar en una negociación seria exigimos acciones inmediatas que demuestren verdadera disposición a resolver los problemas nacionales y no para ganar tiempo", respondió la MUD en el comunicado.
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Venezuela se encuentra inmersa en una profunda crisis política, social y económica.
El Gobierno de Maduro y la coalición opositora comenzaron en octubre de 2016 un proceso de diálogo que se estancó apenas dos meses después.
La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, está desprovista de facultades legislativas desde que el año pasado la justicia la declaró en desacato.
Tal situación se reafirmó en agosto, cuando la ANC se abrogó la autoridad legislativa.
Por otra parte, la oposición no reconoce a la ANC, cuya convocatoria considera ilegal y de cuya elección no tomó parte.
Entre abril y julio, 124 personas murieron en manifestaciones opositoras que también terminaron con miles de heridos y detenidos.
Mientras tanto, la economía venezolana atraviesa una profunda crisis, marcada por escasez de productos esenciales y elevada inflación.