Asmólov destacó que, si bien el último paquete de sanciones aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU no ayuda a reducir la tensión en la península coreana, las exigencias conjuntas de Rusia y de China para reducir el alcance de dichas medidas han permitido no imponer un embargo total de las exportaciones a Corea del Norte, un embargo que había sido el objetivo de Estados Unidos desde el principio.
"Rusia y China se mantuvieron firmes y no permitieron [en el Consejo de Seguridad de la ONU] que se adoptasen medidas más severas, que se habrían convertido en las sanciones propias de un bloqueo económico total. Así que no se ha prohibido importar fuentes de energía a Corea del Norte completamente. Solo se han impuesto más restricciones. Los estadounidenses y sus aliados no consiguieron su objetivo", destaca Asmólov.
Ante esta realidad, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Geng Shuang, afirmó que su país es partidario de que Corea del Norte tome nota de los ánimos de la comunidad internacional. Pyongyang debe abandonar su programa nuclear a la vez que Estados Unidos y Corea del Sur cesan sus provocaciones en el mar de China, donde la Armada estadounidense ha sido movilizada y lleva a cabo ejercicios militares con Seúl a las puertas de Pyongyang.
Mientras, el reloj juega en contra de una solución consensuada al conflicto y se acaban las opciones.
"Tengo muchas ganas de que la iniciativa funcione. No es perfecta, pero no hay más opciones. Que Estados Unidos se acabe sentando a la mesa de negociaciones con Corea del Norte es harto improbable y depende de la situación política interna en EEUU, que en estos momentos tiene a Trump con poco margen de maniobra", reflexiona el analista.
El director del Centro de Investigación del Noreste de Asia de la Universidad de Jilin (China), Ba Dianjun, se refirió a la posible negociación entre Pyongyang y Washington en los mismos términos, pero advierte de que es necesaria y de que seguir endureciendo las sanciones a través de resoluciones solo empeorará una situación que no pasa por su mejor momento. La salida, según Ba Dianjun, es clara: la propuesta conjunta de Rusia y de China.
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"Hay que centrarse en la hoja de ruta de 'doble congelación' y, paralelamente, la comunidad internacional debe persistir y convencer a EEUU de que se siente a la mesa de negociaciones", insiste Dianjun.