Según explican las autoridades estatales, la bomba está siendo modernizada para reforzar la seguridad nacional de Estados Unidos. De acuerdo con la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, la nueva modificación debería reemplazar las versiones obsoletas B61-3, B61-4, B61-7 y B61-10.
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Una característica particular del nuevo artefacto es también su cola de plumaje, que la hace controlable y más precisa. Por lo tanto, no hay necesidad de volar directamente sobre el objetivo y lanzarla desde un paracaídas. Puede ser arrojada desde un avión volando a gran altura, después de lo cual viajará según la ruta planeada hacia la meta.
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Según los analistas entrevistados por Gazeta.ru, la remodelación prevista por los estadounidenses está dirigida no solo contra Rusia. Así, el subdirector del Instituto de Análisis Político y Militar, Alexandr Jramchijin, cree que el círculo de enemigos potenciales de EEUU incluye también a China, Corea del Norte e Irán.
Sin embargo, de acuerdo con el presidente de la Academia rusa de Problemas Geopolíticos, doctor en Ciencias Militares Konstantín Sivkov, es una bomba de caída libre y no un misil, es decir, la aeronave que la lance debe superar el sistema de defensa aérea.
"Dado que el sistema de defensa aérea en Rusia es ahora bastante perfecto, será difícil de franquear", pronosticó.