Cavusoglu abordó el asunto en conversaciones con la ministra de Exteriores indonesia, Retno Marsudi, el malasio Datuk Seri Anifah Aman y el catarí Mohammed bin Abdulrahman Thani.
El estado de Rakáin, en la costa oeste de Birmania, vive estos días una nueva escalada del conflicto entre las fuerzas de seguridad e insurgentes rohinyás.
En una semana de violencia casi 3.000 musulmanes rohinyás murieron y otros 18.000 escaparon a la vecina Bangladés, según la estimación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega su ciudadanía a los rohinyás, al considerar que los representantes de esta minoría musulmana son inmigrantes ilegales del vecino Bangladés.
Durante los disturbios de 2012 fueron quemadas aldeas enteras de los rohinyás.
A finales de este agosto, los rebeldes atacaron una treintena de puestos policiales en Rakáin matando a 10 policías, un soldado y un oficial de Inmigración.
Después de estos ataques, el gobierno birmano declaró terrorista al Ejército para la Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA, en inglés).
El grupo insurgente respondió que ejerce legítima defensa acorde al derecho internacional en un intento de salvar a la comunidad rohinyá de Arakán (antiguo nombre de Rakáin) del "terrorismo de Estado".