Este miércoles, 22 de agosto, arrancan en la península de Corea las maniobras conjuntas entre Corea del Sur y EEUU. Pyongyang mira de reojo estas acciones, creyendo que pueden valerse de ellas para disimular una invasión a su territorio. Rusia, por su parte, se expresa por negociaciones directas entre los bandos.
Mientras tanto, Rusia trata de persuadir a Corea del Norte y a EEUU de realizar negociaciones directas. Moscú opina que este formato es la única opción para lograr una desescalada en la península.
Kunadze se muestra escéptico en cuanto a la posibilidad de que EEUU y Corea del Norte lleguen a negociar.
"Cualquier tipo de conversación es mejor que su ausencia. Otra cuestión será cuál es el objetivo de estas negociaciones", puntualiza el exdiplomático.
Agrega que es inaceptable para Washington iniciar conversaciones con Pyongyang porque de esta manera demostrará que aprueba su existencia.
Después de esta decisión, el presidente estadounidense, Donald Trump, declaró en su Twitter que Kim Jong-un "tomó una decisión muy sabia y fundamentada", además, la alternativa le parecía "catastrófica e inaceptable".
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Tanto Rusia como sus colegas en las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano — Japón, China y Corea del Sur — desde hace mucho tiempo han tratado de organizar un diálogo entre Pyongyang y Washington. Además, Rusia trató de establecer un diálogo directo entre los líderes de Corea del Norte y Corea del Sur, Kim Jong-un y Park Geun-hye respectivamente, durante los festivos dedicados al 70º aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria en 2015. Desgraciadamente, esta iniciativa no se hizo realidad porque ambos políticos se negaron a visitar Moscú.
El expresidente de EEUU Bill Clinton barajó la posibilidad de visitar Corea del Norte durante su mandato. Sin embargo, logró hacerlo solo después del final de su mandato, ya siendo un ciudadano común y corriente. En aquel entonces contribuyó a que liberaran a dos periodistas norteamericanos de una prisión norcoreana.
A pesar de que el expresidente mantenía buenas relaciones con Kim Jong-il y bien podría mantener contactos no formales con su hijo para iniciar el diálogo, la rivalidad con la familia Clinton en las últimas elecciones presidenciales hace difícil imaginar que la Administración Trump recurra a su ayuda, matiza Gazeta.ru.
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