Recientemente, el consejo de ministros de Rusia comunicó que tendrían en cuenta el ingreso del excanciller de Alemania Gerhard Schroder al consejo de administración de Rosneft. En caso de que el político alemán entre a formar parte del órgano de gestión de la empresa, obtendrá el estatus de director independiente.
En 2005, el político alemán se negó a participar en el Gobierno de coalición de Alemania encabezado por Angela Merkel y pasó a ocupar un puesto directivo en una empresa perteneciente al gigante ruso Gazprom.
Los países occidentales acusaron entonces a Schroder de mantener estrechos lazos con Rusia y el presidente Vladímir Putin.
"Estoy orgulloso de querer tratar de entender a Rusia, a su pueblo y a su dirección política", respondió en medio de la polémica Schroder.
La posible entrada de un político tan influyente como el excanciller en el consejo de administración de la empresa rusa Rosneft demuestra que a pesar de las sanciones y la retórica antirrusa en los medios de comunicación, una parte considerable de la élite de Alemania quiere colaborar con Moscú, opina el analista ruso Vladímir Ardaev en su artículo para Sputnik.
La intención de un político tan eminente como Schroder de consolidar la cooperación con Rusia en la esfera de los suministros de hidrocarburos a Europa no es algo excepcional en Alemania, opina el periodista.
Círculos políticos y empresariales alemanes muestran un gran interés en todo lo relacionado con la implementación de los proyectos Nord Stream y Nord Stream 2. Este interés se hizo más evidente cuando los políticos de EEUU apostaron por aplicar nuevas sanciones contra Rusia, Corea del Norte e Irán.
"La construcción del gasoducto EUGAL hace más seguros los suministros de gas a Alemania. Recorrerá una distancia de más de 485 kilómetros por el mar Báltico a través de la región alemana de Mecklemburgo hasta la frontera con la República Checa", explica el sitio web del proyecto.
Los potenciales inversores consideran que la iniciativa es bastante atractiva. Sin embargo, hoy en día, todos se muestran preocupados por el impacto del paquete de nuevas sanciones de EEUU en la construcción del Nord Stream 2.
No obstante, la empresa responsable de la construcción del gasoducto está segura de que en un futuro no faltarán inversores para el proyecto y es probable que a partir de febrero de 2018 ya se acepten aportaciones.
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