El mandatario estadounidense, Donald Trump, mantuvo recientemente un intercambio de declaraciones subidas de tono con Pyongyang. Trump declaró que para los norcoreanos sería conveniente dejar de amenazar a Estados Unidos o, de lo contrario, el Ejército estadounidense respondería con "fuego y furia" a la nación asiática.
La respuesta de Kim Jong-un no se hizo esperar: como de costumbre, el líder supremo de Corea del Norte declaró que su país estaba listo para lanzar un ataque preventivo contra las fuerzas estadounidenses.
Tanto si la tirantez en la península de Corea acaba derivando en un conflicto armado como si Trump decide llevar a cabo un ataque preventivo, hay varias vías de actuación que Washington puede seguir. Sin embargo, cabe recordar que el daño colateral que esta guerra traería para dos de los aliados de EEUU, en concreto Corea del Sur y Japón, puede ser devastador, destaca The National Interest.
En cuanto a las opciones militares que Washington podría realizar en Corea del Norte, hay que admitir que cada una de ellas implica ciertos riesgos y no puede garantizar la neutralización completa de las capacidades nucleares de Pyongyang. No obstante, es evidente desde el principio que un ataque nuclear preventivo sería una violación grave de las leyes internacionales.
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"Apuntar las armas nucleares contra Corea del Norte es una idea delirante y no debe ponerse encima de la mesa", declaró a The National Interest el analista Kelsey Davenport.
Si tomamos en serio las palabras de Trump y consideramos que un ataque nuclear es realmente una opción, es probable que este tipo de bombardeo se realice con bombarderos furtivos Northrop B-2 Spirit.
"Es posible que un ataque con misiles balísticos intercontinentales sea malinterpretado por China y Rusia como una agresión contra ellos, de manera que el uso de estos proyectiles no es una opción", argumentó.
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En cuanto a las armas convencionales, los aviones B-2 Spirit pueden portar un par de bombas pesadas antibúnker, conocidas como Massive Ordnance Penetrator GBU-57A/B. Cada una pesa más de 13 toneladas. La Fuerza Aérea de EEUU dispone de un buen número de ellas.
En realidad, cualquier ofensiva realizada por Estados Unidos pondría en peligro a los aliados de Washington en la región. Las secuelas del supuesto 'ataque preventivo' serían catastróficas, concluyó Holmes.